«La ciencia moderna tiene cada vez más claro que el universo fue puesto a punto con infinita precisión para posibilitar la vida humana. De algún modo desempeñamos un papel crucial en los designios de Dios. Nos corresponde a nosotros captar esos designios lo mejor que podamos, amarnos unos a otros y asistir a Dios en la ejecución de esa tarea». Richard Smalley (1943-2005), premio Nobel de Química en 1996 por su descubrimiento de los fullerenos, tercera forma más estable del carbono. Se le considera el padre de la nanotecnología.
«Si no conociera más que los primeros capítulos del Génesis, algunos Salmos y otros pasajes de las Escrituras, habría llegado esencialmente a la misma conclusión en cuanto al origen del universo que con la ayuda de los datos científicos». Arno Penzias (n. 1933), premio Nobel de Física en 1978 por su descubrimiento de la radiación cósmica de fondo, que según algunos físicos es prueba de que el universo fue creado a partir de la nada.
«No hacemos otra cosa que emplear las herramientas que Dios nos ha dado. No hay motivo para que la ciencia y la religión se enfrenten. Ambas tienen el mismo origen, la única fuente de verdad: el Creador». Joseph Murray (n. 1919), premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1990 por su labor pionera en la transplantología.
«Un descubrimiento científico es también un descubrimiento religioso. No hay conflicto entre la ciencia y la religión. Con cada descubrimiento que hacemos acerca del mundo se incrementa nuestro conocimiento de Dios». Joseph Taylor (n. 1941), premio Nobel de Física en 1993 por su descubrimiento del primer púlsar binario conocido.
«Al encontrarse uno frente a frente con las maravillas de la vida y del universo, inevitablemente se pregunta por qué las únicas respuestas posibles son de orden religioso. [...] Tanto en el universo como en mi propia vida tengo necesidad de Dios». Arthur Schawlow (1921-1999), premio Nobel de Física en 1981 junto con otros dos científicos por el desarrollo del láser espectroscópico.
«Hay tantos colegas míos que son cristianos que no podría cruzar el salón parroquial de mi iglesia sin toparme con una docena de físicos». William Phillips (n. 1948), premio Nobel de Física en 1997 por su empleo de rayos láser para producir temperaturas sólo una fracción por encima del cero absoluto. ?
«Apenas calco las líneas que fluyen de Dios». Albert Einstein (1879-1955), premio Nobel de Física en 1921 por sus contribuciones en el campo de la física teórica y en particular por su explicación del efecto fotoeléctrico.<
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