sábado, 30 de enero de 2010

La cadena eterna de amor

Vine a la Tierra por amor a ti. Renuncié a cuanto tenía, a todo el poder, la gloria y el esplendor del Cielo, para poner a tu alcance el preciado tesoro de la salvación y la vida eterna.
Mi regalo de salvación es para todo el que lo acepte. Anhelo que todos los moradores de la Tierra me conozcan y perciban el amor que albergo por ellos. Mi mensaje siempre ha sido y será transmitido mediante las palabras y los actos de quienes han decidido ser Mis amigos y seguidores.
A lo largo de los siglos, cientos de miles de seguidores Míos se han entregado a la labor de perpetuar esta cadena de amor. Algunos dieron poco; otros, mucho; y otros se entregaron de lleno. Sin embargo, todos participaron, todos fueron necesarios, y Mi gran cadena mundial de amor habría quedado incompleta si alguna de esas personas no hubiera hecho su parte.
A veces vuelvo la vista atrás y me pongo a pensar qué habría sucedido de no haber optado Yo por ir a la Tierra y morir como uno de ustedes. Pero en ningún momento me he arrepentido de las decisiones que tomé.
Quiero que Mi gran cadena de amor se extienda y se haga más fuerte. Quiero que envuelva al mundo entero, que todos tengan oportunidad de formar parte de ella, que Mi amor se haga presente en la vida de cada persona. ¿Cumplirás tú con la partecita que te corresponde? ¿Aceptarás Mi amor y se lo comunicarás a los demás? Dame a conocer, transmite Mis palabras. Entrégate a los demás, y sobre todo, entrega amor.
De Jesus con cariño

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