sábado, 19 de febrero de 2011

El hombre que enloqueció por la televisión.

Dicen que ocurrió en Chechenia en un pueblo llamado Shalí situada a 36 Km de la capital Grozni. Atraparon a un hombre llamado Mijaíl Popov robando un televisor plasma de una casa de una conocida familia del pueblo. El juez le pregunto el porqué del robo, Mijaíl respondió sonriendo que “era un fanático de ver televisión”.
Fue condenado a 12 años de prisión, y lo pusieron en una celda especialmente creada para este tipo de personas. Las paredes de la celda estaban llenas de pantallas de televisión también el techo exhibía pantallas de 21 y 32 pulgadas de televisión. Eran 185 canales de tv que transmitían simultáneamente. Estaban protegidas por una gruesa capa de vidrio y se mantenían encendidas de día y de noche. Tenía canales de todo tipo; de cocina, franceses, películas antiguas, noticiosos, eróticos, deportivos, musicales, lucha libre, Italianos, Chinos y árabes.
El primer día a Mijaíl le pareció gracioso, trató de concentarse en un canal pero le fue imposible porque el audio de todos los otros canales entraban en sus oídos como miles de agujas causándole dolor de cabeza. Al tercer día pedía a gritos que por favor le apagaran la tele. Se tapaba los oídos y enterraba la cabeza en el piso tratando de dormir y olvidar la pesadilla que vivía, pero no podía. La música se mezclaba con los locutores de las noticias y el sonido de los soldados chinos. Las imágenes de asaltos, desastres naturales, goles y una bailarina rusa con una leona cazando se confundían en un abanico de colores y formas distorsionadas.
A los 3 meses lo sacaron de allí a una celda silenciosa, tardo varios meses en recuperarse. A los 3 años fue liberado por buen comportamiento.
Mijaíl Popov escribió 2 libros que lo hicieron famoso, el primero que tuvo poco éxito llamado “Porque odio la TV” y el segundo su Best Seller “Mil razones del porque no veo televisión”. Hoy en día da charlas acerca de los peligros de ver televisión en escuelas y universidades.

1 comentario:

Sander dijo...

Excelente cuento, amigo. Sabias enseñanzas! Me gustó mucho! Me hace pensar en lo mucho que me gusta hacer y al final me pierdo y ahora no sé qué es lo que quiero en la vida. Me gustaría ser escritor, DJ, cantante, pastor... Sí, aunque no lo creas quisiera ser un pastor bautista para enseñarle a las nuevas generaciones las nuevas formas de evangelizar.

Nuevanente felicitaciones.

Sander.-